Guerrera comunista
De presencia destacada
con su rostro magnífico.
Asistió el hambre
abrazó el frío
e hizo caso a las voces en pausa.
Se hizo gigante, de mucho carisma
y cantó la canción del pueblo,
esa que nadie quería oír.
Un día aplacaron su voz,
apagaron sus sueños.
Todo se tiñó de sangre.
Pero como la guerra no marchita,
el pueblo floreció en las calles
alzaron su bandera para continuar la lucha.
Y cantaron para pedir justicia,
justicia por los derechos violados.
Justicia para dar fin al patriarcado,
justicia para condenar al femicida.
Justicia por la camarada flor.
Susana Schiozzi. San Jorge, Santa Fe